En Jayuya, se tomo el cuartel de la ciudad, se quemó el correo federal y Doña Blanca Canales alzo la bandera nacional y se proclamó la República de Puerto Rico. Inmediatamente fue desplegada la guardia nacional, terrestre y aérea. Los soldados, con morteros y ametralladoras entraron a la ciudad donde hubo feroces combates. Personas ajenas al Partido Nacionalista también se unieron a la revolución y pedían armas para unirse a los combatientes. Jayuya cayó en manos de la guardia nacional cuando esta bombardeó y ametralló indiscriminadamente con aviones la ciudad. Los revolucionarios se vieron obligados a adentrarse en las montañas.
Utuado, donde también hubo combates, fue también bombardeado. No solo eso, sino que la Guardia Nacional cometió un vil crimen de guerra. Los combatientes que habían tomado el cuartel de la policía, estando gravemente heridos, y el comandante nacionalista viendo que no le podían hacer frente a la Guardia Nacional deciden rendirse y entregar las armas. Los soldados en clara violación de las leyes de guerra mas básicas, ametrallan a todos los combatientes (casi todos heridos) y los dejan unos días en la plaza pública para que se los comieran los perros. Esto es lo que se conoce como la Masacre de Utuado.
Otro centro de combate fue en San Juan, donde un comando intentó tomar la fortaleza, y ajusticiar a Luis Muñoz Marín, gobernador colonial de Puerto Rico. También se atacó el edificio federal. La Guardia Nacional acribilló la casa de Don Pedro Albizu Campos, y lo arrestaron después de tirar gases lacrimógenos. El Barbero Vidal Santiago Díaz se batió el solo a tiros con 15 policías y 25 guardias nacionales por horas, quedando gravemente herido, pero sobrevivió.
En Mayagüez los nacionalistas llevaron a cabo una “Guerra de Guerrillas” y hubo feroces enfrentamientos con la policía. Aquí también la Guardia Nacional cometió atrocidades, esta vez contra la población civil.
Dos días después de comenzados los combates, en Washington D. C. Griselio Torresola(foto izquierda) y Oscar Collazo atacaron la casa temporal del Presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, el criminal que ordenó usar la bomba atómica, resultando muerto Griselio. Aunque no se cumplió la misión de darle muerte al presidente, el mundo se entero de la situación de Puerto Rico y de la farsa de la ley 600 y el “Estado Libre Asociado”.
Fueron muchos mas los acontecimientos que sucedieron durante la Revolución del 50, el propósito de este artículo es, más que nada, despertar interés en el lector para que por cuenta propia investigue mas sobre este acontecimiento tan importante y poco narrado de la historia. La insurrección Nacionalista de 1950, de Mini Seijo, es un libro donde se abunda profundamente sobre este tema, lo recomiendo. Recordemos con admiración y respeto a estos héroes que no lo pensaron dos veces en ofrecer el último sacrificio por la Patria. Cuando la Patria los necesito, estuvieron allí, arriesgaron y dieron su vida por liberar su nación.
Por: Robert Vélez